Probando, probando...Sí parece que esto aún funciona. Aún sé escribir, o eso parece.
Hoy es el día. Hoy, un año después paso los dos días del año más emocionantes en casa: el día de mi santo y el día de mi cumple. Tras dos veces celebrarlo en el extranjero es curioso, sin querer te pones a evaluar todo lo que ha pasado y dices: "Todo ha cambiado, no sé en qué dirección ni me importa pero a algún lado llegaré".
Retomo el blog porque el día de mi santo ha sido un día distinto. No he hecho mucho pero ha sido ese "rayito de luz" que me ha dado más fuerza de lo que esperaba el que me ha dado impulso para escribir. Dicen que Dios escribe recto en renglones torcidos y hoy lo confirmo, andaba cabizbajo sin ver fin a un túnel y sin ver sentido a la enfermería: "Me cambio de camino" me he dicho muchas veces y ganas no me han faltado.
Pero hoy he visto que la enfermería tiene un camino amplio y que aún me queda mucho por descubrir, y que yo tengo prisa. Pasito a pasito he llegado al año y pasito a pasito me propongo más cosas como sacarme el C1. Todo pasito a pasito y un pequeño respiro entre medias. ¿Y a qué se debe este empuje de fuerza? A estar en casa unos días descansando, a la visión de David de la enfermería que me ha hecho coger mucho ánimo, verlo y ver que aunque haga casi un año no se ha enfriado nada y decir sigue adelante y que al encontrarme con la gente que quiero hay alegría de por medio y no hay quejas.
Por otro lado, tras dos años, ver el cuento de Mario maquetado y terminado para edición ha sido un bote en el corazón increíble. Es el ejemplo de que continuar sin pararse ante los improvistos es importante y sobre todo que gracias a Rocha lo estamos consiguiendo. He visto su cara y he visto el pdf y los pelos de punta queda lo más grande.
Ha empezado mi cumpleaños y no sé como terminará pero yo sigo contento. El día de hoy, aunque tranquilo, ha hecho que algo cambie y lo noto. Ahora he de recordar, en los momentos de tirarme de los pelos este día y marcarlo con gran alegría.
Solo puedo agradecer tanta alegría junta y quería compartirla con el que lo lea.
Cazador de Auroras...sí sería bonito. Pero creo que para entender esta entrada hay que remontarse a una entrada en Noruega, en ella hablo de mi aventura hacia el Círculo polar ártico.
He vuelto de Berlin y Albert me pide una crónica, lo siento catalufo no he liado ninguna solo que para variar casi me quedé dormido y pierdo el bus pero nada más fuera de lo normal...miento, me comí un codillo entero bastante grande que me dejó K.O je,je.
Acabo de terminar unas cosillas que tenía pendientes y me he puesto de acompañantes a los Mumfords & Sons, sí últimamente escucho mucho este grupo. Aquí hace un día de perros, llueve, deja de llover y lo que menos apetece es salir a mojarte un rato. Con todo esto, más una mañana intensa entre karts, una guerra de lásers y comidita en el Royal William Yard, me pongo a escribir.
¿Por qué el motivo de el título? Creo que viajar a Berlín me ha mostrado que no estamos tan mal, que hemos estado peor y que la vida ha seguido, contada por los vencedores, pero ha seguido. Y ahora, ¿seguimos sin ser felices? He mirado facebook, youtube, y demás páginas y he visto la cantidad de vídeos de autoayuda, frases que nos ponemos para que los demás se animen o nos animemos nosotros.
Esto me lleva a preguntarme, "¿realmente estamos tan tristes?". ¿Qué nos pasa si con tantos recursos cómo tenemos estamos consiguiendo lo contrario?. Me incluyo en estas preguntas, tengo todo, familia, amigos, trabajo y hay días en los que tiraría todo por la borda porque no me considero o no creo que soy feliz, esto lo refleja muchas veces como escribo por aquí, sin ganas, deprimiendo al personal. Muchas veces me acuerdo de un vídeo que vi sobre el humor y me acuerdo del blog, esperas algo de aquí y te encuentras a Carlos "vomitando sus penas". Debe quitar hasta las ganas de entrar aquí, para sufrir ya tenemos nuestras cosas.
Es normal, lo entiendo y he tomado medidas al respecto. Entonces de repente surge esto...ser Cazador de Auroras. Manteniendo una conversación por whatsapp en Berlín dije: "Me voy a ir a Tromso, allí a tomar vientos a la derecha a cazar auroras" a lo que me respondieron: "Cazador de Auroras, suena bien". ¡Y mi cabeza empezó a recordar todo! Mi obsesión por ver las Auroras Boreales en Noruega me hizo seguir adelante y no desesperarme cuando llegué al lago y no vi nada, es verdad que estaba muy enfadado en el hotel y casi decepcionado pero haber salido de nuevo y decidir con Albert: "¡Vamos para allá!" pero también me viene a la mente que una vez en el sitio sólo quería hacer fotos para mandarlas a todo el mundo...menos mal que no estaba solo y gracias a Dios dejé la cámara a un lado y me senté a ver ese espectáculo.
Nunca se me olvidará ese momento, 1h y 30 disfrutando de ese espectáculo y casi lo desperdicio...y ahora llega el momento de volver a cazarlas. No me refiero a viajar todos los días al norte, creo que se entiende ahora lo que es, es tener ese ratito diario en el que digas lo guardo en mi corazón, lo disfruto y lo cuento a los demás de una forma que tengan ganas de ver una de ellas, o no lo cuento y lo saboreo para la siguiente encontrarla en otro lugar distinto.
Muchas veces las condiciones climáticas no son las perfectas y te das cuenta, como me pasó a mí, que estás andando sobre un lago congelado y vuelves a mirar el suelo y te das cuenta de que también tienes algo que merece la pena.
No sé si seré un gran cazador de auroras pero de momento me gusta pensar que sí, además, ¡qué leches! Me mola un pegote el nombre, es poderoso.
No tenía pensado escribir, había casi, casi olvidado el blog. Pero ayer me escribió Albert y me dijo que ya iba siendo hora de actualizar el blog que qué era eso de no escribir. Lo primero que me vino a la cabeza de ese comentario fue "ya hace meses que no escribo" y enseguida me llegó otro mensaje suyo diciéndome que habían pasado 23 días, y pensé: "pues tampoco hace tanto".
Ayer se cerraba un período, no es una etapa, en el Hospital. Tras días barajando la posibilidad, dos concretamente que fue los que me dieron, decidí dar un cambio, vuelvo a la Medical Assesment Unit pero en este caso en la zona de hombres. La corta estancia, o SSU en English, ha sido una experiencia entretenida y que a veces me ha traído por el camino de la amargura. He visto cosas o he tenido momentos en los que he querido tirar la toalla y mandar a tomar viento a todos y cada uno de mis compañeros incluso a mí. Pero también he tenido momentos buenos, con un buen equipo a mi lado.
Estos han sido los mejores días, en los que he tenido un buen equipo. ¡Cómo se ha notado! Un equipo en el que cada uno sabía lo que tenía que hacer y apoyaba al otro. Y esos son los días con los que me quedo, en especial con Eleri. Ella es una enfermera con la que coincidí el primer turno y gracias a eso pude establecer una relación bastante maja, pues es una enfermera veterana que me ha ido guiando y ayudando cada vez que necesitaba ayuda.
Ayer fue un día raro, era esa sensación de fin de exámenes, de fin de algo, último día de clase. Sabía que hiciera lo que hiciera el pescado ya estaba vendido y tenía que poner esfuerzo para dejar una buena impresión. El día no salió bien por esta sensación y eso me llevó a darme cuenta que he de evitar esa sensación la próxima vez porque siempre hay que dejar alguna puerta, aunque sea media entornada por si hubiera que volver y rectificar.
No es que fuera un día nefasto pero lavar pacientes no es mi pasión, me cuesta mucho, si puede ser yo solo sujeto al paciente y del resto que se encargue otro. Claro después de la 5 limpieza ya me habían dado las 11 de la mañana, habiendo empezado a las 8, cosa que me puso muy nervioso. Papeles que rellenar, evoluciones médicas que leer, cosas que normalmente hago y que se habían cambiado de mis planes. Entonces dije: "Me da igual, es el último día si llego bien y si no también". Y pensé en Eleri, en que sabía que llegaba de noche y que si le tocaba mi relevo iba a ser una faena encontrarse con todo mi jaleo; así que, decidí seguir como un día normal.
Poco a poco me iba quemando hasta tal punto que estaba irritado, y ya discutí con una paciente que no paraba de chillarme porque quería morfina solo le dije: "cuando esté tranquila hablaremos" y me fui, creo que me puso una queja, la próxima vez evitaré no entrar al trapo tan pronto. Y así pasó este día tan Largo, es la primera vez que he sentido un Long Day como verdaderamente, mirar las horas y el reloj no avanzar y desear que avancé.
Pero no todo es malo, llegó la noche y vino Eleri. Yo sabía que me iba a traer algo, una tarta me dijo, pero no me esperaba que me trajera pastas de Gales, cerveza Galesa y una carta. ¡Qué ilusión! Tres tontadas pero que me hizo terminar el día contento, sabiendo que a alguien le daba pena que me fuera. Muchos me dijeron ese día que por favor no me fuera, que hacía bien en irme pero que no querían...pero no sé hasta que punto es verdad. Pero Eleri, era distinto, fue esa fuerza de sentirme bien de decir no va tan mal la cosa, no soy tan mal enfermero.
Lo he vuelto a hacer, Albert me dijo ayer que dejara de utilizar el blog como un psicólogo. No lo hago aposta, lo prometo pero ya tengo en mente próxima entradas. Había pensado en volver a algo más filosófico de vez en cuando, para discutir conmigo un poco sólo y que Amelia vuelva a disfrutar leyéndome, y a veces utilizar este blog como mi rinconcito. Crear mi historias, evadirme un rato y dejar de lado todo. Este es el problema del blog, no me dejo llevar, mido mis palabras porque no quiero contar así que si empiezo a novelar lo que ocurre será muy distinto.
Iba a poner más cosas, alguna frase de El principito...pero aguantar a Albert regodeándose en catalán no me apetece así que voy cerrando.
Hoy a tocado día de música más folk, un primer plato de Mumford and Sons para recordar Dublín y sus noches en el pub y ahora para rematar el día termino con un acústico de The Corrs. No está mal.
Se me hace raro escribir por la mañana, pero aprovechando que aquí sigue nublado y que la lavadora sigue girando, o eso creo, voy a pasar un rato aquí. Bueno, esperad, voy a comprobar que la lavadora sigue haciendo de las suyas. Todo en orden.
Sé que la entrada anterior dejó un poco de acidez en todos los estómagos pero creo que he entendido la diferencia del blog de Noruega a éste. Mientras que en el de Noruega había un tiempo para todo y muchas veces lo que necesitaba era sentarme y desahogarme o contar cosas que eran difíciles de describir, en éste a veces lo que necesito es tiempo para hacer cosas. Pero de eso no tiene culpa el blog, sólo hay que cambiar el enfoque. Reinventarse. También otro de los motivos es que creo que se espera de mí una cosa y no puedo permitirme el lujo de expresarme como quiero por aquí, eso también me hace no estar a gusto con el blog y medir mis palabras.
Llevo una semana de tirones de orejas, tres días, incluido el de hoy, en los que he leído la frase que me ha llamado la atención sin saber que iban dirigidas para mí. Sería egocentrismo, puede ser, pero cuántos no han leído un libro de casualidad en algún momento y han pensado: "¡Leñe en esta frase esta la solución!". Justamente a mí me pasó eso.
Debe ser por las circunstancias que me rodean, o porque siempre he sido así, pero estoy impaciente. Hasta tal punto que, recordando una frase de mi profesor de psicología en el instituto, he pensado en comprar una planta. ¡Qué ya os veo venir! No es para cultivar la paciencia ¬¬ listos, que sois unos listos, graciosos.
Bueno, a lo que iba, que me despistáis, he querido correr antes de empezar a andar y por más que me empeño sigo tropezando. Se me han olvidado mis objetivos, el principal es volver a mi país y para ello pues habrá que gatear por Inglaterra o por donde sea. También he cedido un poco y las fuerzas pues han ido decreciendo, es verdad, no lo niego. Vine con muchas energías, con miedo pero con muchas energías, hubo un momento en el que deseaba irme y empezar. Pero poco a poco, no sé si la lejanía o el no haber encontrado el hueco aquí me hace flaquear.
Entonces en ese momento leí las dos frases que bueno, algo hicieron, os las pongo a continuación.
"No se preocupen por el día de mañana, porque el día de mañana traerá ya sus propias preocupaciones. A cada día le bastan sus propios problemas." Mt 6, 34
"En el día dichoso no te olvides de la desgracia, en el día desgraciado no te olvides de la dicha."
Y, por último, una entrada de un blog que habla sobre Pocoyo. Cada uno tenemos un personaje, en el que recordar lo pequeños que somos pero que podemos hacer grandes cosas. En mi caso yo tengo los hobbits, porque me considero un pequeño hobbit. Es en esos momentos en los que no sé que hacer o me creo mejor que alguien, me debo mirar muchas veces y ver eso, que no soy más que un hobbit. Que poco a poco llegará a donde tenga que llegar pero que le cuesta.
No creáis que es fácil, me cuesta, no estoy del todo recuperado. Puede que necesite un tiempo para desconectar todavía pero estoy tan obsesionado con ello que no consigo quitarle importancia. Debería hacer objetivos intermedios para llegar al objetivo final.
No sé, poco a poco iré remediando esto. Lo prometo
Es curioso, empiezo una entrada dejo los detalles más o menos redactados (entiéndase con esto solo el nombre del capítulo), la música seleccionada para ponerte manos a la obra, todo está en tu favor y, de repente, como si dejaras las rebanadas de pan tostándose, te vas y te olvidas de la entrada. Cuando vuelves, al cabo de los días, esa entrada ya no tiene ningún sentido.
Eso es lo que me ha ocurrido en estos días pasados, siempre ha ocurrido algo que me ha parecido más importante que escribir una entrada. Esto me provoca las siguientes dudas:
¿Cuál es la función del blog?
¿Es el momento del blog o ya tuvo su momento en Noruega?
¿La desgana se debe a que en Noruega tenía un final y en este momento no lo hay?
Sinceramente, ni idea. La primera no tengo ni idea; la segunda, no la he llegado a resolver; y la tercera, es lo más seguro que se deba a eso. Puede que le añada que cada día me vuelvo más reservado y que al saber que existen personas pendientes de esto prefiera no poner todo u omitir ciertas cosas. Reservarme ese espacio para mí, pero es inevitable crear muros en consecuencia.
(Miro la pantalla, miro el teclado, escucho música pero las ideas no fluyen. Sólo espero que tecleando, poco a poco, algo quede.)
En estos días no puedo evitar mirar al pasado, ¡qué difícil es lo contrario! Cada acto, cada gesto me han llevado hasta lo que ahora soy, para bien o para mal, y aquí me encuentro en el último sitio que me imaginaba estar, tras muchas aventuras, no entraba para nada en mis planes.
Bueno realmente ¿cuál era mi plan? Sinceramente creo que nunca he tenido plan todo ha sido, por así decirlo, donde el viento me lleve: África, Noruega, Inglaterra. Cada uno de estos sitios ha supuesto echarle un par de narices, confiar, saltar y decir "yo sigo para adelante caiga quien caiga" mientras me sentía como ese "joven" Bilbo, pensando en lo a gusto que estaba en mi "agujero".
No sé si lo he publicado antes pero si me repito mala suerte lo volvéis a leer, siempre he tenido envidia de mis abuelos, en general, y en particular de mi abuelo Julio (puede que porque sea al que más veces me he sentado a escuchar) con todas las de cosas que ha hecho, todos los viajes, idas y venidas. Siempre me he parado a pensar, y gracias a todo eso yo estoy aquí, si no hubiera saltado del tren (no es la mejor historia, pero imaginarme a mi abuelo volviendo de la guerra a Madrid, pasar por su pueblo, saltar e irse, me ha impactado de pequeñito) ¿qué miedo no?. Yo no sé si él desde su mente pensará que no ha conseguido lo que se propuso, tampoco se lo he preguntado, pero yo, en secreto, le admiro.
Bueno en realidad a los 4, pero shhh. Mi abuela Mercedes al cuidado de 8 niñas, mi abuelo Boni construyendo una piscina que dura hasta nuestros días, mi abuela Paquita siguiendo a su marido hasta donde fuera él y mientras cuidando a sus hijos. ¡Qué valientes!¡Qué poco les he agradecido su valentía! No penséis que es irónico porque es verdad, les quiero un montón y agradezco conocer a 3 de ellos y al cuarto por las cosas que me han contado en mi familia. Siempre he querido que mi abuelo me regale su diario. Je, je.
¡Qué horror de entrada! ¡Qué caos! Esto es horrible, me gustaría ver todo lo que estoy escribiendo y borrando. En un papel se verían pocas letras y mucho tachones. Escribo un párrafo, lo borro, lo reescribo, lo vuelvo a borrar. ¡Oh, espera! Este me gusta...pues no, va a ser qué tampoco. ¡Normal que no tenga ganas de escribir ni un solo día! Esto es desesperante, las horas avanzan y yo sólo veo párrafos que parecen cogidos de un copia y pega,
Alguien ha cogido todas mis ideas las ha lanzado al aire y las ha ido cogiendo para ponerlas en sitios distintos. Eso me revienta, es una sensación de hasta aquí hemos llegado. Me dan ganas de coger el portátil y abrir la ventana y que experimente lo que es la caída libre. ¡Pero no! El ordenador no tiene la culpa, es esta falta de ganas de escribir de no saber qué decir, de no escribir lo que quería o lo que esperaba escribir porque no sé que escribir.
Es un poco frustrante, no lo niego. De aquí en adelante me replantearé si seguir con el blog o cerrarlo con un capítulo final. Estoy cansado de no saber escribir y de ponerme delante de la pantalla para no conseguir expresar lo que quiero.
¡Qué raro se me hace escribir desde mi habitación en Alcalá! Sí, se me hace raro porque normalmente suelo escribir cuando me voy a ir o cuando he llegado, nunca a mitad de camino. Bueno, en este caso queda menos de 5 días para volver a la rutina y creo conveniente un repaso, un resumen, un...llámalo "x". También es verdad que como no escribo no puedo permitirme un "descanso" jejeje.
Estaba viendo youtube un rato y riéndome con mis payasadas habitualmente cuando he dado por casualidad con un vídeo de una canción. No sé si decir que lo estaba intentando localizar o realmente ha aparecido porque mi subconsciente me ha obligado a encontrarlo. Bueno da igual, las elucubraciones las dejo para otro momento, viendo el título de la canción (y escuchando la canción unas mil veces) "On top of the world" ,una versión a capella de la canción homónima de Imagine Dragons, me he dado cuenta de en qué momento de mi vida estoy.
(La dejé aquí pero por falta de ganas, más bien de tiempo, pero me da pena que algo que he creado no vea la luz)
Va a hacer casi un mes que no escribo, ¡qué vergüenza! Seguro que muchos ni os esperáis que vuelva a escribir pero a veces se necesita un tiempo para darse cuenta de esas pequeñas cosas que hacen que tu rutina diaria no sea lo de siempre y vaya mejorando, creo que voy a ir alternando mi estilo del blog no solo relataré mis días si no que haré algo nuevo.
Llevo unos días un poco raros, es verdad, no lo niego. No me encuentro a gusto, estoy cansado y todo eso se ha juntado con la marcha de David. No os he hablado de él, es una historia curiosa de dos semanas. David es un compañero de aquí que al principio consideré que era una persona para la que estar un rato; sin embargo, poco a poco, viendo películas, hablando y coincidiendo empecé a encontrar ese amigo friki que siempre está en todos lados. Total que cuando todo iba viento en popa, además que me enteré de que trabajó con mi tía en Almería O.o, me llama diciendo que le han ofrecido un contrato de 5 años en Barcelona para estar de docente...¡qué envidia! ¡Qué pena! ¡Qué palo tan grande! Pero sobretodo, ¡qué alegría porque un amigo haya encontrado trabajo en su tierra!
Todo, de repente se hundió en mí, ¿cómo había podido equivocarme con alguien y haberlo conocido tan tarde? No era justo, pero es una lección que me llevo para siempre. Y si eso era poco, todos sus pequeños detalles. Cuando me dio la noticia me dijo: "Carlos, te voy a regalar mis pósters" Pues será una chorrada, será un cacho de papel con una imagen pero me sentí como un niño pequeño, un regalo que voy a guardar hasta que no tenga más vida en mí. Y los altavoces, ¿qué he hecho yo para merecer esos detalles? No lo entiendo. La verdad que se me escaparon unas lágrimas mientras estaba tumbado en el sofá, no lo pude evitar.
Y al día siguiente, en la cafetería del hospi, sin escucharle hablar de la UCI y su: "Carlos estudia, que tienes que ser el mejor enfermero para estar feliz con lo que haces". Me quedé echo polvo allí sentado, mirando la pared sin pedirme nada. Me consuelo sabiendo que he ganado un gran tesoro y que tengo un segundo motivo para ir a Barcelona, ya no solo es Albert si no también David. Desde aquí te deseo que te vaya bonito y disfrutes.
Hoy hace un mes que me fui a Londres con Carmen y no he descrito todavía la aventura que nos pasó allí...bueno más bien antes de llegar. Así que, creo que ha llegado el momento de contarlo y que os ríais así también quito un poco de hierro a todo esto y alegro un poco mi retorno al blog.
Imaginaos la situación, yo tenía el día libre, Carmen tenía turno de mañana y todo estaba organizado para irnos de viaje a Londres. Yo tenía los billetes impresos y preparando las maletas para ir a la estación de autobuses que era donde había quedado con ella. Ella llegó corriendo para ir bien de tiempos y yo, como siempre, pues fui tranquilamente.
Mientras estábamos en la parada de autobus esperando a que viniera el nuestro estuvimos charlando. El autobus salía a las 16.40 y allí no había ningún autobus que fuera a Exeter, que era el sitio donde teníamos que hacer el trasbordo. Yo estaba convencido de que el autobus que esperábamos era el 315 asi que estaba tranquilo porque no había ninguno pero Carmen no estaba tan convencida. Había dos autobuses y uno ponía un sitio pero no ponía nada de Exeter (es que no me acuerdo del sitio al que iba) y el otro ponía Edimburgo, total, que Carmen, nerviosa, se subió al autobus primero y preguntó que si iba a Exeter y el conductor le dijo que no. Yo empecé a reirme diciendo que cómo era tan ilusa de subirse a un autobus a preguntar cuando no ponía nada de Exeter.
Pasaba el tiempo y nosotros hablando de que mis primos estaban en New Castle y que con el autobus de Edimburgo podría ir a verles unos días. Pues, al final, Carmen se mosqueó porque se acercaba la hora y no había ningún autobus así que se subió a hablar con los de los tickets. Yo aproveché para revisar los billetes y vi que el autobus que esperábamos era el 336 no el 315...cuando levanto la vista y miro para el autobus de Edimburgo, que se estaba yendo, y veo en el costado 336. Mi cara se convirtió en un poema no me creía lo que acababa de pasar y justo sale Carmen diciendome: "Carlos que el autobus que se va es el nuestro". Yo ya me puse nervioso y ella vio un autobus urbano que iba a Exeter y le convenció para que nos llevara a Exeter sin cobrarnos nada más.
La cosa no acabó ahí, yo empecé a mosquearme porque el autobus llegaba a las 18.20 y el último de Exeter que iba a Londres salía a las 18.00 así que le dije a Carmen que paráramos en la primera parada que pudiéramos y nos bajáramos para llamar un taxi. ¡No sé en qué momento me hizo caso! Para empezar, según me bajo me doy cuenta que me dejo el gorro en el autobus y que un hombre se va riendo desde dentro, maldito seas ¡Ahí te constipes tú maldito! Lo que ocurrió es que acabamos en un bar de carretera de típico de película, el "Horse and Groom" en Ivysbridge, no se me olvidará nunca. Le pedimos a la mujer de la barra que nos llamara un taxi para poder ir a Exeter lo antes posible, pues como nos lo consiguió y nos hizo el favor pedí dos pintas para tomarlas allí.
El taxi venía en 5 minutos, así que nos entró la pinta en dos minutos, suceso que hoy hemos repetido y que hemos decidido repetir cada 16. Pasaba el tiempo pero ahí no venía ningun taxi, hasta que finalmente a los 20 minutos apareció y nos dijo que por mucho que acelerara no llegaba a Exeter a las 18.00 ni de broma que lo que podía hacer era llevarnos a una ciudad cercana que se llama Plymouth. No me lo podía creer, eran casi las 18.00 hacia dos horas que me iba para Londres y estaba ya de camino a Londres, Carmen no sabía si matarme o reirse. Por suerte optó por la segunda opción y se lleva riendo un mes de todo esto.
Antes de volver a Plymouth para coger un tren e ir a Londres pasamos por el apeadero de Ivysbridge para ver si pasaba un tren y no teníamos que volver a Plymouth. Me bajé con el taxista y vimos que el unico tren que paraba allí iba a Bristol. Yo ya no quería arriesgarme a hacer un trasbordo y acabar en España así que fuimos a Plymouth que desde allí salía uno para Londres.
Cuando llegamos a la estación de trenes compramos el billete para Londres. Nos montamos en el tren y empezamos a descansar, aunque creo que ambos sabíamos que hasta que no estuviéramos durmiendo en el hostal no estaríamos tranquilos. 20 minutos después de habernos montado en el tren oimos: "Próxima parada Ivysbridge". Carmen quería matarme, nos podríamos haber ahorrado el taxi y todo por mí. ¿Cómo puedo ser tan torpe?
En fin, finalmente llegamos a Exeter, sí habéis oido bien Exeter, e hicimos trasbordo corriendo para coger el otro tren que iba a Londres. Y ya a las 23.00 estábamos tranquilamente en el hostal durmiendo para al día siguiente poder madrugar.
Como veís, sigo siendo el mismo, sigo siendo muy torpe y enredando a mi alrededor. Pero bueno, una anécdota divertida que puedo contaros y despejarme cuando no estoy contento.
Otro día os contaré alguna cosilla más, ahora me voy a dormir, os dejo con una canción del grupo de David que llevo todo el día escuchando y se me ha quedado grabada. También aprovecharé para repasar los ejercicios del I.V training para poder aprobar mañana.
Un besazo y tranquilos que en N-7 me tenéis allí para coger fuerzas y que me comáis a besos, todos sabéis cuando vuelvo pero es por si Alba lee el blog :P.