viernes, 7 de marzo de 2014

Capítulo 12- Un pequeño Hobbit

Se me hace raro escribir por la mañana, pero aprovechando que aquí sigue nublado y que la lavadora sigue girando, o eso creo, voy a pasar un rato aquí. Bueno, esperad, voy a comprobar que la lavadora sigue haciendo de las suyas. Todo en orden.

Sé que la entrada anterior dejó un poco de acidez en todos los estómagos pero creo que he entendido la diferencia del blog de Noruega a éste. Mientras que en el de Noruega había un tiempo para todo y muchas veces lo que necesitaba era sentarme y desahogarme o contar cosas que eran difíciles de describir, en éste a veces lo que necesito es tiempo para hacer cosas. Pero de eso no tiene culpa el blog, sólo hay que cambiar el enfoque. Reinventarse. También otro de los motivos es que creo que se espera de mí una cosa y no puedo permitirme el lujo de expresarme como quiero por aquí, eso también me hace no estar a gusto con el blog y medir mis palabras.

Llevo una semana de tirones de orejas, tres días, incluido el de hoy, en los que he leído la frase que me ha llamado la atención sin saber que iban dirigidas para mí. Sería egocentrismo, puede ser, pero cuántos no han leído un libro de casualidad en algún momento y han pensado: "¡Leñe en esta frase esta la solución!". Justamente a mí me pasó eso.

Debe ser por las circunstancias que me rodean, o porque siempre he sido así, pero estoy impaciente. Hasta tal punto que, recordando una frase de mi profesor de psicología en el instituto, he pensado en comprar una planta. ¡Qué ya os veo venir! No es para cultivar la paciencia ¬¬ listos, que sois unos listos, graciosos. 

Bueno, a lo que iba, que me despistáis, he querido correr antes de empezar a andar y por más que me empeño sigo tropezando. Se me han olvidado mis objetivos, el principal es volver a mi país y para ello pues habrá que gatear por Inglaterra o por donde sea. También he cedido un poco y las fuerzas pues han ido decreciendo, es verdad, no lo niego. Vine con muchas energías, con miedo pero con muchas energías, hubo un momento en el que deseaba irme y empezar. Pero poco a poco, no sé si la lejanía o el no haber encontrado el hueco aquí me hace flaquear.

Entonces en ese momento leí las dos frases que bueno, algo hicieron, os las pongo a continuación. 


"No se preocupen por el día de mañana, porque el día de mañana traerá ya sus propias preocupaciones. A cada día le bastan sus propios problemas." Mt 6, 34

"En el día dichoso no te olvides de la desgracia, en el día desgraciado no te olvides de la dicha."

Y, por último, una entrada de un blog que habla sobre Pocoyo. Cada uno tenemos un personaje, en el que recordar lo pequeños que somos pero que podemos hacer grandes cosas. En mi caso yo tengo los hobbits, porque me considero un pequeño hobbit. Es en esos momentos en los que no sé que hacer o me creo mejor que alguien, me debo mirar muchas veces y ver eso, que no soy más que un hobbit. Que poco a poco llegará a donde tenga que llegar pero que le cuesta.

No creáis que es fácil, me cuesta, no estoy del todo recuperado. Puede que necesite un tiempo para desconectar todavía pero estoy tan obsesionado con ello que no consigo quitarle importancia. Debería hacer objetivos intermedios para llegar al objetivo final. 

No sé, poco a poco iré remediando esto. Lo prometo


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