lunes, 17 de diciembre de 2012

Las crónicas desde El Muro- Capítulo 35- Cruzando El Muro

Podría haber llamado a esta entrada un viaje inesperado...pero sería engañarnos...no fue del todo inesperado. Además, haría copia de la película El Hobbit, peli que recomiendo.

Llevo toda la noche pensando como escribir esta entrada, tiene que ser de las mejores y la más divertida. Disfrutad de ella, puede que sea de las últimas.

Te animo a darle al play y escucha esta canción mientras lees el capítulo de hoy, al igual que otras BSO, va a ser muy interesante ese mix.


El miércoles 12 del 12 del 2012, bonita fecha, acababa mi servicio para la Guardia de la noche como enfermero. Lo había planeado de esa forma para poder unirme a un grupo de exploración o sentarme tranquilamente en mi agujero y leer. Sin embargo, algo me decía que no iba a estar tranquilo.

Llevaba días oyendo a Albert que había que realizar una expedición a Tromso. Miramos rutas, mapas, posibles opciones. Cuando todo parecía que era posible algo pasaba, era más caro de lo que parecía, era inviable, se le añadía más precio porque no habiamos contado que algunas rutas estaban en Euros y no en Coronas, Nacho y Álvaro no querían continuar con nuestra idea, etc.

A estos problemas había que añadirle no solo el ir...no sabíamos como volver. La ida era más o menos fácil, bien podíamos llegar...pero...¿qué hacíamos? Todas las vueltas eran inviables. Pero ese día algo surgió...Albert me llamó urgentemente para que fuera a visitarle y ver que hacíamos. Yo ya me había planteado reducir la ruta e ir a visitar Trondheim y volver, e incluso me había preparado para ir a entrenar y tuve que cambiar los planes.

Cuando llegué, Albert me contó todo el plan. ¡Era lo más viable que habíamos encontrado! Sólo había una pega y era lo milimetrado que estaba todo y que tendríamos que reservar en ese instante y salir a las 6.00 de la mañana para Bergen, todo dependía de nuestra puntualidad. Pero aún quedaba algo por solventar, teníamos que ir a la universidad para poder recoger todos nuestros billetes, además contábamos con el factor de que podía que la fotocopiadora estuviera estropeada y no pudieramos imprimir. Por suerte no ocurrió eso.

Cuando llegué a mi casa, con una sensación de malestar (debido a todo lo que había gastado) y de entusiasmo, solo quería preparar la mochila y la ropa para salir dirección Tromso y ver unas extrañas luces que hay por ahí. De esta forma comenzaría  la ruta que querría realizar. Sin embargo, antes me quedaban un par de cosas que hacer: tenía que despedirme de Antonio y María. Nunca se me han dado bien las despedidas por lo que fui breve y me metí a descansar pronto. Pues llevaba varios días acostándome tarde y levantándome pronto, y el día 13 sería igual. Es más, Albert me pidió que por favor no me durmiera.

A pesar de haberme acostado pronto, haber dejado las cosas preparadas...no pude levantarme a las 5.00..me levanté cuando Albert llamó a mi ventana...menos mal que estoy acostumbrado a estos despistes míos y me vestí rápidamente y en 5 minutos estaba preparado para salir hacia la estación y coger un autobus. El haber ido tantas veces a Bergen ya me hacía conocer el camino, más o menos, pero por ser educados estuvimos hablando, aunque los dos queríamos dormir...así que cuando no pudimos más nos dormimos hasta llegar a Bergen, parando claramente en el ferry y luchando por no dormir para despertarnos en 10 min.

Una vez en Bergen desayunamos. Nuestra idea era estar 2 h en la estación de autobuses porque Bergen ya lo conociamos...pero se nos hacía eterno, así que decidimos dar un paseo para volver a las 11.00 y buscar el siguiente autobus dirección Flam. Como es característica nuestra hubo un momento que descubrimos que estábamos más lejos de dónde queríamos y tuvimos que buscar la manera de volver, de casualidad encontramos la universidad de medicina y las casas de la liga Hanseatica que fue lo que nos guió. Tranquilos, que llegamos a tiempo para coger el autobus, no hubo retraso.

El camino a Flam se hizo entre sueños y bonitas vistas. Cuando llegamos, al bajar hice mi chequeo de las cosas...y noté que me faltaba la cartera...me asusté empecé a mirar al autobus debatiendo si correr o no o solo tirarme en la nieve a maldecir mi suerte. Albert también miraba al autobus y no sabía que hacer...finalmente metí otra vez la mano en el bolsillo del abrigo y...allí estaba mi cartera, menos mal. Sin embargo, a la vez, descubrí que había olvidado mi gorro en el autobus XD.

En Flam estuvimos poco tiempo, tampoco había mucho que ver y podíamos coger el tren en 20 min o esperar tranquilamente hasta el siguiente y no esperar en Myrdal. Decidimos que como Flam era pequeño nos ibamos a Myrdal y asi no teniamos que correr (MAL). El tren es un tren antiguo, fue construido en 1940 y en 1947 terminó de electrificarse, que se ha reconstruido para que sea turístico, la verdad que me lo imaginaba en peores condiciones, además durante el viaje te contaban lo que ibas viendo. Nos pararón cerca de una cascada, que estaba congelada, para que pudieramos hacer fotos.

Por fin llegamos a Myrdal, y pudimos ver que habíamos cometido un error: debimos esperar en Flam. La cafetería estaba cerrada, el tren para Oslo no llegaba hasta las 17.00 y eran las 15.00, y  no había mucho que hacer allí. Así que, luchando por no aburrirnos esas dos horas, acabamos jugando a las cartas mientras nuestros móviles se cargaban y poder jugar en el camino al tren en Oslo.

Finalmente llegó el tren y nos montamos rápidamente, no sin antes haber hecho nuestro chequeo de las cosas, es decir, móvil, cartera, llaves, desde entonces antes de abandonar un lugar haciamos ese chequeo para evitar sustos. El viaje fue tranquilito, cada uno sentado mientras leía, jugaba, o dormía, también aprovechamos para cenar un poco antes de llegar a Oslo. Llegamos a nuestro destino a las 22.45.

En Oslo, tuvimos que buscar nuestro hotel que finalmente lo encontramos a las 23.00. La verdad que el hotel me decepcionó mucho porque nos cobraron las sábanas y en la habitación tuvimos un pequeño susto. Nada más entrar vimos unas huellas y oímos un ruido de ducha...Albert se dio cuenta de que eran habitaciones que compartían ducha y cocina. Yo no me sentía cómodo, además, nuestra habitación no tenía llave y podía entrar cualquiera. Después de tomar algo, decidimos ir a dar una vuelta...pero antes de irnos descubrimos que Albert había perdido los guantes...así que fuimos a preguntar en recepción...por suerte allí estaban junto con un libro de Albert...menos mal.

Personalmente...Oslo me decepcionó me la imaginaba...distinta...pero oye de 00.00 a 1.00 vimos bastantes cosas y de 6.00 a 8.30 vimos el resto así que no hubo problemas, las horas que hay en medio lo pasamos durmiendo. En Oslo, empecé a echar de menos mi gorro :(. Cómo os digo, no había tiempo que perder, pero aun así vimos lo más importante de Oslo. A pesar de dormir en un agujero. Recuerdo que esa noche dejamos las botas fueras y le dije a Albert: "Sería gracioso que alguien nos las quitara", no sé si por el poco tiempo que estuvimos...o por el olor de éstas...pero seguimos con ellas je,je.

Nuestro avión a Tromso salía a las 10.30, no podíamos permitirnos perder el tren que salía a las 8.30...por suerte salía a las 8.40 y nos dio tiempo a tomar un café. El aeropuerto de Oslo me trajo muchos recuerdos de hace unos cuantos meses atrás. No tuvimos problemas solo me pararon la mochila porque vieron algo raro, resultó que eran las fichas de mus de mi baraja, ajajajaja. En el avión, yo pensaba que no iba a caer rendido ya que le café y el frío de Oslo me habían despertado...pero no fue así, nada más despegar acabé desnucado y me desperté poco antes de aterrizar.

Y por fin...¡llegamos a Tromso a las 12.30! Estaba anocheciendo. Pero lo peor de todo era el viento que hacía. Llegamos al hotel y allí conocimos a Simón, un italiano que se alegró mucho de vernos. Nos explicó los sitios que nos recomendaba para visitar y nos invitó a un café. Acto seguido, y después de comer unos fideos chinos, nos fuimos a visitar la ciudad e ir en busca de las Auroras Boreales.

Como os he dicho, hacía mucho viento y mucho frío. Así que, mientras cruzábamos el puente para ir a visitar la Catedral Ártica, casi perecemos congelados, en un vídeo que hice se puede apreciar como se me caen los mocos del frío jajajaja. Y como todo lo que se cruza muchas veces hay que descruzarlo, volvimos a la ciudad. En nuestro camino de ida nos preguntábamos porque nadie iba por nuestro lado, descubrimos que nosotros íbamos por el lado del que venía el viento por lo que era mejor no ir por ahí XD.

Una vez en la ciudad buscamos el camino para ir al lago. Simón nos había dicho que allí podíamos ver las auroras. Albert se orientó con el mapa y yo le seguía, pero llegamos al Instituto meteorológico de noruega y había dos caminos. Me tocaba decidir a mí por lo que decidí ir por donde la gente venía con bolsas y así de paso comprábamos pan para los bocatas. Tras andar un rato y comprar lo que necesitábamos, e incluso alimentarnos un rato, vimos que nos habíamos perdido. Preguntamos a los que nos encontrábamos por las calles y cada uno nos daba una dirección distinta para ir al lago.

Estábamos muy desanimados, no veíamos el momento de llegar al lago...pero...tranquilos que lo encontramos. Estaba totalmente congelado y oscuro...así que...como ya eran las 18.00 y empezaba a ver auroras nos quedamos mirando el cielo. No todo es tan bonito ni nos va tan bien....perdimos media hora mirando el cielo como idiotas sin ver nada y pasando frío. Nos fuimos a las 18.30, Albert estaba muy tranquilo pero yo estaba muy enfadado porque no iba a verlas. Además, volviendo por otro lado, descubrimos que si hubiéramos elegido el otro camino del Instituo meteorológico...habríamos llegado ja,ja.

Llegamos al hotel a las 19.00 y hasta las 20.00 estuvimos descansado. Yo no sabía que hacer, quería ir a la playa a ver las auroras...pero estábamos tan cansados...que no veía el momento de empezar el camino. Finalmente a las 20.00 bajamos a hacernos los bocatas de jamón serrano y tomate, he de decir que sabían a gloria. Así que, para nuestra sorpresa a las 21.00 estábamos yendo de camino a la playa con nuestros bocatas y agua.

En el camino a la playa, nos perdimos. Yo estaba muy desanimado, iba a ser casi imposible ver las auroras, además podríamos estar la noche entera mirando y no ver más que 10 min o menos. Albert me pidió que me diera la vuelta para poder sacar el mapa de la mochila...y en ese momento...no sé por qué miré al cielo...y vi...algo raro...una nube XD. No era una nube cualquiera...era una nube verde, así que pensé: "Estos noruegos están locos" y ya cuando me fijé bien ví que era una aurora boreal. Se me abrieron los ojos y empecé a gritarle a Albert, a saltar y a reirme. Tras eso...lo único que pude decir fue: "Ojalá Nacho estuviera también aquí viendolo" frase que Albert me recordaría más tarde y se reiría con ella. Pero había mucha gente con la que habría compartido ese momento

No puedo describiros como es la aurora, la habéis visto millones de veces...pero os aseguro...que verla...es algo mágico. Albert me echó la bronca porque estaba más preocupado intentando hacer una foto que de disfrutar lo que tenía delante. Menos mal que me dijo eso y me senté tranquilamente a ver ese espectaculo tan bonito y grabarlo todo en mi retina. Ya era feliz, ya había visto algo que muchas personas no han visto y había estado en el círculo polar ártico...¿qué más quería? Esa noche descansé muy profundamente y muy feliz.

Al día siguiente volvimos a visitar la playa para verla de día. Era curioso ver como el Sol quería salir por detrás de las montañas pero que no lo conseguía. También aprovechamos para ver un poco la ciudad e intentar no caernos en ningún momento con el hielo, habíamos apostado que el que se cayera invitaba al otro a una cerveza. Cuando volvimos, corriendo, al hotel nos quedaban 40 minutos para coger el bus e ir al aeropuerto. Justo cuando cogimos el bus, le mandaron un sms a Albert diciendo que el avión se retrasaba.

De la vuelta destacar poco, los retrasos, como ya he mencionado. Pero sobretodo, hay que mencionar que despegamos de Oslo con nieve. He de confesar que ha sido el vuelo que más miedo he pasado, el de Oslo a Haugesund con todo nevado y que nos descongelaran las alas. Pero bueno he sobrevivido.


Espero no haberos aburrido con esta historia, seguro que hay muchas cosas divertidas que me he dejado en el tintero...pero no sé...ha sido un gran viaje y de sentirme muy, pero que muy, afortunado. Puedo decir que ha sido la traca final para esta experiencia en El Muro, además la compañía de Albert la ha hecho mejor.

Os dejo unas fotillos del viaje


































2 comentarios:

  1. Me alegro que pudieras ver las auroras boreales, algún día tendrás que volver para acompañarme a verlas xD.
    Cuando has contado lo de la cartera "casi perdida" me ha venido a la mente un momento muy gracioso, en el cual te troleamos en la Universidad escondiendo tu cartera jajaja.
    Miguel Moto!

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    1. ¡Qué cabrones sois! jajaja así me va que entre las que me quitáis y entre las que pierdo yo...jajajaja

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