viernes, 13 de mayo de 2011

La valentía

Sí, es cierto que repito tema de blog o por lo menos muy parecido. El anterior era la resistencia y éste será la valentía.
Mientras volvía de las prácticas en el hospital iba pensando en cómo nos sorprende la valentía de las personas que superan sus miedos y cómo nos encantaría parecernos a ellos. Siguiendo estos procesos mentales en los que a veces me quedo horas me vino el recuerdo de una clase de 4º de E.S.O. en ética con esa gran profesora que algunos conoceréis, Mª Jesús.
Nos ponía el siguiente ejemplo:
"Imaginaos un hormiguero a punto de ser invadido por otro hormiguero. Todas las hormigas se meten dentro y se quedan afuera las hormigas guerreras para defenderlo y morir por el hormiguero. ¿Pero realmente son valientes o es el instinto? Es su misión. 
Bien, ahora recordad Troya. Aquiles monta en cólera por la muerte de su primo y se va hacia las murallas de Troya a reclamar venganza a Héctor. Éste último sabe que Aquiles es un guerrero formidable y que es una lucha a muerte. Hector tiene familia y es el heredero de Troya, puede esconderse. Sin embargo, afronta sus miedos, se lanza al ruedo y se enfrenta al griego. A pesar de todo muere. 
Ahora chicos decidme en cuál de los dos ejemplos, la hormiga y Héctor, se muestra la valentía."
Bueno, esto podría crear un gran debate. Pero la hormiga vive su misión y no duda, ha nacido para defender el hormiguero. Sin embargo, Hector podría haber huido e incluso no aparecer en la batalla. Había miles de soldados que podrían haberse enfrentado a Aquiles. Por eso éste último tiene más valentía.
Ahora bien, qué quiero decir con todo esto. A Héctor lo consideramos un héroe y a otros muchos por su enfrentamiento en las adversidades. A los que nos encanta ESDLA, nos apasiona la determinación de Sam a pesar de estar sufriendo y ver cómo todo el camino se trunca y como Frodo va sucumbiendo. Él es el verdadero protagonista de esa epopeya.
Por todo eso, os invito a levantaros y resistir y afrontar las piedras del camino. Y así, poco a poco, nos convertiremos en grandes héroes.

lunes, 9 de mayo de 2011

Resistir es más gratificante

No significa que sea fácil, para nada. Ojala aguantar golpes a pesar de todo fuera sencillo. Pero si lo fuera, qué mérito habría.
No confundamos la resistencia con el masoquismo. Es cierto que muchas veces la resistencia se muestra de otra forma y es mucho más difícil el retirarse.
Hoy en día lo fácil está en la calle, evadir los problemas es la solución a los mismos. Lo único que creamos son heridas infectadas que se podían haber curado con una simple tirita y un poco de jabón. Esa herida que hemos dejado al aire claro que se cura, pero mucho más lentamente y a lo mejor nos deja una marca imborrable que nos costará asumir en tiempos futuros.
Es cierto que las curas duelen y escuecen pero a los días veremos como todo ha ido a mejor y esa enorme cicatriz queda en un simple rasguño que nos hace decir: "vaya cuidado no actúes así que mira lo que te paso".
Y esto nos lleva a la resistencia de nuevo, el saber que has luchado sin descanso y que ha dado frutos, ya sea derrota o victoria hace que te levantes bien y digas: "A pesar de todo cogí el toro por los cuernos." Por eso es importante entrenarse en este aspecto y afrontar los problemas aunque duelan o sean amargos.
Os invito a todos a leer esta oración de Paulo Coelho, y si no creéis por lo menos meditarla y saborearla hasta el último signo de puntuación. Y a los que creáis, rezarla para que os de fuerza.
Señor, no me dejes orar para ser protegido de los peligros, sino
para ser valiente para enfrentarlos.

No me dejes pedir alivio para mi dolor, sino
para tener el coraje de soportarlo.

No me dejes buscar aliados para las batallas de la vida, sino
aprender a confiar en mi propia fuerza.

Que no me ponga ansioso, esperando estar a salvo, sino
tener paciencia para conquistar mi libertad.

Haz que no sea cobarde;
a pesar de contar siempre con Tu misericordia;

Y que esté al alcance de Tu mano en los momentos de derrota
.

miércoles, 27 de abril de 2011

El jardín.

Muchas veces me he planteado que nuestra vida es como un árbol. 
Perdonadme esta expresión infantil, pero comenzamos con una semillita que poco a poco va creciendo gracias a los cuidados que le da la tierra de la que va absorbiendo todo lo imprescindible.
Llega un momento en el que crece, su tronco es finito y frágil. Dices: "cómo eso va a llegar a ser un gran árbol si no puede ni mantenerse recto" pero coges y le pones unos palos que le agarren y le vayan dando su firmeza. Existe un momento de madurez en el que esos palos pueden seguir o quitarse y en los que el árbol tiene que crecer solo y crear sus propias fuerzas. Es preferible que esos palos queden cerca por si acaso hay que volver a ellos.
Las raíces son sólo del árbol y cada una tiene su historia, su pasado, podemos ver en el tronco toda su historia, ¡incluso hasta cómo han sido los inviernos! Pero no nos quedemos en esto, el árbol hay que seguir cuidándolo.
Viene la lluvia, le alimenta, le da fuerza. Viene el aire, le pone a prueba, le hace ver que tiene límites pero que se pueden superar si se pone resistencia. Vienen los animales, que le ayudan en muchas cosas sin que se de cuenta. Y, por último, el jardinero. Me voy a parar en éste último y es el motivo de ésta metáfora. 
Aparece el jardinero, cuyo fin es el de cuidar el árbol, protegerle y que de frutos bonitos. Pero, ¿qué es necesario para dar frutos bonitos? Algo muy doloroso para cualquier árbol, el jardinero tiene que podarlo poco a poco. Y eso duele. Hay que quitar esas ramas malas. Zas una menos. Zas otra. Zas y más zas. El árbol no lo entiende, por qué me crea tanto dolor el jardinero si busca que yo sea bello. 
Pasa el tiempo y las ramas vuelven a crecer poco a poco pero esta vez más sanas, más robustas y con algo distinto. Un fruto, ¡y otro! ¡Y otro más! El jardinero sigue ahí, aunque de vez en cuando siga podando y "dañando" al árbol.
Después de años, esa semillita que pusimos dio un enorme árbol con unos grandes frutos que el embellecen y que hacen que los demás quieran ser como él.
Ahora os preguntaréis: ¿vale, qué quieres decir con eso? Pues lo que quiero decir es que nos encontraremos momentos de sufrimiento pero que no significan que sean en vano si no que si conseguimos superarlos podremos dar unos frutos buenísimos y crear envidia sana en los demás para que sigan ese ejemplo. Y  con un poco de suerte hacer un bello jardín de árboles robustos, sanos y llenos de enormes frutos.

martes, 8 de marzo de 2011

África

Mucho sabemos sobre ese continente cercano al nuestro llamado África, sobretodo en estos momentos de cambios en algunos paises, pero pocos han estado allí. Yo tuve la suerte de poder estar allí y meterme en la "boca del lobo"; conocer más a fondo esos dos países Malí y Senegal.

Siempre recuerdo aquellos días como algo bonito, distinto y extraño. Me encanta hablar de esos días a pesar de poder parecer un fantasma y que la gente piense que son surrealistas o casi imposibles. Pero es cierto que algo me pasó en ese viaje que me cambió. Nunca me he parado a hablar de mis sentimientos o mis aprendizajes en esa estancia, sólo las personas que poseen o han leido mi diario lo saben e incluso me atrevería a decir que ahí tampoco se ve nada.

Leía hoy una de las crónicas finales que escribió una compañera antes de irnos, la verdad que no me acordaba que los niños de allí nos hicieron un amigo invisible y una niña me dio su e-mail para que contactara con ella. La verdad, nunca la escribí, me sentía impotente el no poder hablar francés con ellos y entenderles. Era algo duro, pero siempre tuve a mano esas dos pulseras enanas que me regaló con tanto cariño y aunque me apretaba me encantaba llevarlas. No sólo me ha venido ese recuerdo a la cabeza, me han venido muchísimos llenos de cariño y gratitud sin haberles hecho nada. El que ellos nos veían como billetes andantes, la mirada de un niño que se tropezó jugando conmigo y ya no volvió porque me temía. La felicidad de los niños de los poblados frente a la tristeza de los niños de la ciudad. El vivir sin reloj, allí se me rompió el mío y me guiaba por el Sol. Podría hacer una graan lista pero me quedaría corto.

Allí aprendí que lo que realmente importaba era levantarse y decir : "¡Qué alegría, tengo un día más!", aprendí que hay muchas cosas importantes para preocuparse y damos importancias a otras...pero...¿Dónde han quedado esos aprendizajes? Es cierto que valoro mucho más el agua, una manía que cogí desde allí es a echarme poca agua en el vaso y no desperdiciar ni una gota.

Sinceramente estoy investigando por qué ese volver aquí me descolocó tanto. Un motivo es que parte de mí se quedó para siempre remontando en Río Niger en una barcaza hacia el corazón de África, como dice Telmo Aldaz en su carta de agradecimiento. Es muy probable que añore ese lugar, que esa depresión post viaje sólo se cure volviendo allí y disfrutando lo que no disfruté en su momento.

Me despido diciendo que esa arena roja senegalesa o maliense sigue llenándo mi ropa.


viernes, 25 de febrero de 2011

Aikido VS Vida Real

Bueno, bueno, bueno. Volvemos a estas tierras tras un mes de barbecho. He de reconocer que lo echaba de menos pero no se me ocurría el motivo de escribir ni tenía ideas nuevas o distintas a las que ya había escrito. La verdad es que llevo días con muchas ideas nuevas que iré escribiendo poco a poco. Sin embargo, hoy me centraré en un acto muy reciente, es decir, ayer mismo. 
Ayer, mientras entrenaba Aikido, me vinieron a la mente una serie de ideas que nunca antes se me había planteado y es el gran parecido de este arte marcial con la vida de cada uno. ¿Realmente son tan diferentes?¿Hay grandes parecidos entre ellos? Mi respuesta es que no son tan diferentes y que sí hay grandes parecidos.
Moriteru Ueshiba, nieto del fundador del Aikido, cuenta en su libro Aikido paso a paso  que el objetivo del Aikido es "esa armonización entre ki, cuerpo y mente daría como resultado la verdadera iluminación". Según dice, por curiosidad y explicación, el ki es la fuerza vital que impregna la existencia. Por lo tanto, es un Budo para forjar el cuerpo y la mente, un camino puro.
Ahora bien, tras esta pequeña introducción del objetivo del Aikido y para qué sirve, veremos sus parecidos con la vida.
Nos saltamos el protocolo de Saludo entre cada uno antes de la práctica y el Maestro y ya nos pasamos a la práctica en sí. En ella, como en la vida, necesitas de compañeros sin ellos muchas cosas perderían sentido, estaríamos ciegos y no conseguiríamos avanzar, pues no estamos solos; sin embargo, no hay que olvidar que hay movimientos que hay que practicarlos solo frente a un espejo y ver los errores y sin esa práctica no se puede avanzar, la soledad para el autoconocimiento es necesario. Seguimos y nos ponemos frente a un compañero tanto si eres "uke" (al que realizan la técnica) o "tori" tienes que estar despierto y activo, cada momento de duda es decisivo para la realización de la técnica. Realizamos la práctica y vemos como es nuestro compañero es la primera vez que nos ponemos frente a él, notamos su rigidez en los músculos y pensamos: "Uff, este cuesta, a ver por dónde puedo salir y moldearle para estar a gusto y que él también note esa sensación", más o menos consigues irte haciendo con él y si, a pesar de tener esta rigidez, tiene experencia (es decir sabe algo de este arte marcial) puede ayudarte a ver esos errores que tú no consigues ver y te obsesionas tanto que hace falta que te den un toque de atención y digas : "joder que lerdo".
El maestro nos avisa de que debemos cambiar de compañero, vamos a ver con quién nos toca, es otra persona distinta que no tiene nada que ver con el anterior. Ya te habías acostumbrado a la anterior persona y más o menos sabes por dónde va o qué puedes hacer y que no. Pero este es totalmente distinto, te toca practicar la paciencia y ver otra vez cómo conseguir lo anterior visto; sin embargo, este es más suave y te sientes a gusto, tanto que disfrutas peleandote como un cachorro de león con su compañero. ¿Veis el símil con la vida? Muchas veces conocemos gente nueva y nos gustará como actúa o no pero siempre que conocemos a alguien puede tener parecidos, la experiencia, suavidad, lo que sea, pero es totalmente distinto y necesitas tiempo para poder terminar de pillarle "el tranquillo". Además, tanto en la vida como en el aikido, muchas veces las primeras impresiones fallan. No siempre con el que más experiencia tiene te entrenas mejor. Para terminar con la práctica nos volvemos a saludar y damos las gracias por ese rato. ¡Cómo la vida misma, señores y señoras!
Mencionaba antes que también como "uke" hay que estar activo. Es la misión del compañero que te ayuda y te hace ver esos errores o que ante la duda intenta ver qué ha podido pasar o incluso "putearte" para que te despiertes de una vez y dejes de pensar cosas que te distraigan o te hagan dudar. Tanto en la vida como en el aikido necesitamos a ese "uke" que nos vea desde fuera y de vez en cuando nos eche alguna que otra pequeña bronca.
Por último, el tema de la paciencia, mucha gente se desespera con este arte marcial porque es muy lento y puedes llevar años que tendrás la sensación de no haber avanzado pero los nuevos que vienen te ven como que sabes algo más que ellos y que has avanzado. La vida también requiere esa paciencia para forjarse, las cosas no siempre ocurren por un mecanismo de acción-reacción.
Añadiría mil cosas para comparar la vida con el aikido. Sin embargo, creo que con esto es suficiente y más o menos el símil ha quedado claro. Pero si tenéis alguna duda, buscad un dojo y entrenad este arte marcial ;).
Hasta más ver.

sábado, 8 de enero de 2011

Y contamos una a una las estrellas

Hoy me permito una entrada más "ñoña". No es mi estilo en este blog pero hoy me apetece. Así que se lo dedico a esa señorita que me acompaña en estos días y demasiado que hace ya con eso.

Ya sabes que ayer no me pude contener más y te dije todo lo que sentía, la verdad que me cuesta mucho decirte las cosas. Pero interiormente me encantaría decirtelo más a menudo sin frenarme yo solo.
Me encanta cuando no sabes qué decirme y simplemente me coges de la mano y me miras fijamente, en esos momentos todo en mí salta. Me encanta cuando te quedas dormida o simplemente cierras los ojos cuando estamos en la calle. Me encantan tus borderías y cuando te indignas. Pero lo que más me gusta de ti es tu forma de ser y como cuidas a los que más te importan. En resumen, me encantas ^^.

Escribiría más cosas pero no pararía, y la verdad que me gustaría decirtelas personalmente por eso te dejo este párrafo de una canción que me recuerda a ti siempre que la escucho y con eso te digo todo. Además dicen que lo bueno y breve dos veces bueno, ¿no?

"Vamos ganando,
 batallas perdídas
con solo un sueño
dos manos cogidas"

TQM GATO ^^

viernes, 7 de enero de 2011

La oración del payaso

Primera entrada del año y por ello debía ser especial.
Hoy, durante la tradicional visita a casa de mis familiares durante el día de reyes, mi padrino de confirmación me ha enseñado una oración que desconocía. Nunca la había leído ni escuchado. Mientras la leía, saboreando cada una de sus letras, mi corazón iba saltando más y más. Y me he sentido un poco como el payaso de esta oración.
Además, gracias a nuestro amigo Google, he encontrado un blog de una chica valenciana, que también es enfermera, que tenía puesta en una entrada antiquísima esta oración. Si podéis, leer su blog es curioso.
Bueno aquí os dejo la oración.

Oración del payaso
Señor:
Soy un trasto, pero te quiero,
te quiero terriblemente, locamente, que es
la única manera que tengo yo de amar,
porque, ¡sólo soy un payaso!
Ya hace años que salí de tus manos,
pronto, quizá, llegará el día en que
volveré a Ti...
Mi alforja está vacía, mis flores
mustias y descoloridas
sólo mi corazón está intacto...
Me espanta mi pobreza,
pero me consuela tu ternura.
Estoy ante Ti como un
cantarillo roto, pero con mi
mismo barro puedes hacer
otro a tu gusto...

Señor:
¿Qué te diré cuando me pidas
cuentas? Te diré que mi vida,
humanamente, ha sido
un fallo, que he volado
muy bajo.
Señor:
Acepta la ofrenda de este atardecer...
Mi vida, como una flauta, está llena
de agujeros...
pero tómala en tus manos divinas.

Que tu música pase
a través de mí y llegue
hasta mis hermanos
los hombres, que sea
para ellos ritmo y melodía
que acompañe su caminar,
alegría sencilla
de sus pasos cansados...
 
¡Ah! Se me olvidaba. Bienvenidos al 2011.